lunes, 29 de noviembre de 2010

Punto



Una mitad de mi, quizá no más que una cuarta ración, o apenas un paraje inapreciable, que aúlla y dinamita con su aullido las dantescas estepas en que corro, los infernales desiertos en que incendio la mirada, las cuevas escalofriantes en que oculto sonrisas y disimulo agitaciones...
Un punto.
Desde ese edén desde esa esquirla, me observo y le soplo el flequillo a la raquítica cobarde compañera...
Un terremoto y después, la desvalida... y una vez más el punto que me empuja... a qué sed a qué hambre a qué dóndes cuándos... a qué duendes asomados en la esquina de mi casita fatal de los 3 años... un seísmo de espuma, casi puedo saborear el temblor en la penumbra de la tarde muerta. Desde la planicie silenciosa, pido permiso al punto, al borde, al filo... un paso más y respiro. Uno más y quedo huérfana del cielo. Desde el costado una pasíon gastada abusa de la burla...
Vas bien, ciega, vas bien... tus ojos son aún esa ciudad que nadie conoce... tu voz habla de ángeles impíos, de cristos perseguidos por la carne enloquecida, de madres calvas de padres curvos, tu voz se tapa los oídos... escucha...
No queda mucho tiempo, se atropellan la cárcel, la franqueza, los hilos de sauce las coronas de clavos... se empujan las nostalgias y los cuentos, las palabras se chocan se agrieta la miel de la memoria... no queda mucho ya...
La niña llora hasta la nariz. Tose hasta la ventana del deseo, y escupe un embarazo de furias.
El tiempo es tirano. El tiempo agita su carcajada. El tiempo sucumbe en el tiempo...
Mi azar es todo mio. Mi azar se ensucia se retuerce, hace nudos y trajes y diademas.
La libertad nunca pasará de moda... tampoco esas mitades celadoras... dijo el punto.
Y entonces el punto se hizo daga.
Todos sabemos que un rescate cuesta varias cabezas...
Todos han decidido olvidarlo...
Todos han sepultado la decisión del olvido...

1 comentario:

  1. ¡Si solo conoces la parte enferma de mi ser! ¡Sí!Fulana de tal: a vos te digo. No conocés a la parte que es capáz de amar y ver la luz...no la conoces así que basta! Escribís de la ostia oero hay un lugar que se llama respeto.

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