Cuando los pies se aburren
de ser serpientes...
cuando sucede la noche
en una orgía de vientos...
cuando la sucia historia
se persigna
de rabias y sinónimos...
me crecen alas como desvanes,
alas altillos
y quemo cartas en el espejo...
y rueda el fuego como un ojo desbocado...
La veredita es un laberinto que encandila...
tres escalones y el descanso...
el descanso y el vidrio y la puerta...
la llave y la boca fría que la espera...
no se abre la boca hasta que llave toca aunque no quiera...
despues todo es subir, un ascensor tan gris como alma bucanera....
la luz de menos, la llegada partida...
y yo que me golpeo el brazo contra la mesa
y la palomita de ceniza se hace humo en las tijeras de aire...
Entrar... ver la oscuridad y los cerrojos...
ver el sillón sexo que me espera,
es el único capaz de remontarme pianos y cintura...
Me has extrañado?
Has sentido el agujero que nadie toca?
Has tragado mi costado ausente?
Has concebido la nada temblorosa?
Entrar... masticar la luz,
leer tus ojos, cerrar las flores tras el entierro...
entrar y dormirme el recuerdo capital de mi deseo...
o sea todo vos con toda yo enteros y horadados....
Los dos tenemos algas enredadas en los pies...
andamos ahogando miedos y costumbres...
remontando barriletes de llanto y tierra...
subiendo la cuesta
bajando el alimento para el invierno del alma...
los dos calamos hondo en el infierno...
hemos estado ahí quemándonos el pelo la voz los pantanos,
ermitaños de la ciudad y la furia, ascetas,
corazones de menta y cardo y arcilla....
Pero anoche era una cajita de música,
la bailarina movía sus pies sobre el cristal roto,
un trapecio de nubes y una corona de bosques encumbrados...
toda ella de relámpago y ternura...
toda boca abierta labios apurados manos alaridos en el eco de tus canciones...
Anoche vi el monte y las ruinas ...
el sol derretirse y chorrearte el amor entre mis piernas...
torre de Babel que junta y unta cada lengua,
hilos puentes suturando las grietas de tus soledades...
Quererte...
Partirme y repartirme...
soy de migas de pan de caracoles...
me subo a tu oido y escuchas las olas de mi vientre...
te dejo mi cordura, matala, retorcele el ultimo pescuezo...
voy a mamar la vida que me quede de tu abrazo...
tirar la llave y partir, tirar la puerta, la calle, la escalera, la esquina cansada y transparente....
Escalar la piel de tus antojos, para clavarle el diente a la locura.
Palomita de ceniza... y un nido de andenes
tu foto en mi caricia
un hombre
tu nombre
todavía...